martes, 1 de mayo de 2012

Silencios de funeral



¿Cuántas velas necesitamos para esta noche? Puedo llevar ramilletes de flores si así lo estiman o en su defecto una carta de despidida que jamás será leída. Dos miradas que matan, cuatro suspiros que representan la cúspide de un ciclo. La muerte ronda en vida y la vida le abre las puertas como un servicial trabajador que amablemente recibe los daños de este fin. Tres silencios y un “¿como estas?”, cuatros silencios y un “bien”.
¿Quién era el encargado de traer las velas para esta noche? Avísenle que el velorio ya empezó y que Hades espera impacientemente en la puerta sellada de lágrimas y recuerdos. Cinco silencios y un “adiós”, seis silencios necesarios para comer la saliva que brota del nerviosismo. No quería que llegara este momento, pero la muerte es un ladrón que acelera y roba el pulso de los corazones.
Siete silencios que forman un reino de palabras jamas antes dichas, palabras que alegran y destruyen; y ambas cosas a la vez. Ocho silencios y un abrazo, nueve silencios y una lágrima que nace, diez silencios que coinciden en letras a un “te esperaré” que grita un alma  desgarrada.
No hubo velas, ni rosas y los sepultureros participan del coro de los silencios. Una mano abierta despide el dolor en las penumbras de este funeral.. funeral con silencios.


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