jueves, 31 de mayo de 2012

A Bono regalado si se le miran los dientes.


Nuestro país se encuentra inverso en una mala costumbre que cada año las autoridades se encargan de dar oxigeno para mantener con total vitalidad. Saluden ustedes al señor “Bono”, el aplaudido en cada ceremonia y jamás mal mirado. ¿Cómo podría usted rechazar semejante regalo divino? A caballo regalado no se le miran los dientes dijo un agradecido campesino del bono Equino-Marzo.
Pero verdad contra verdad algo de cierto debemos rescatar: Los bonos parches no solucionan de fondo los reales problemas de la ciudadanía.
En una edición del programa “Sin Dios ni Late”, antiguo late show de Julio Cesar Rodríguez, su conductor mencionó que “país de bonos, es país penca”, algo que a mi opinión es algo grosero, pero revelador de la ineficiencia de encontrar soluciones reales. Pero lo más preocupante del actuar de nuestros gobernantes es que su modelo de parches se instaura en nuestra idiosincrasia y la sociedad visualiza estas actitudes muchas veces populistas (si no todas las veces) como un actuar obligado durante el mes de Marzo y su trasfondo educacional, Junio y las consecuencias del invierno y cualquier mes del año cuando las encuestas o elecciones no estén a favor del gobierno de turno.
Que el bono sea el bombero salvador de un eterno incendio económico nos demuestra que la situación en nuestro país está en crisis en lo político, sin soluciones de raíz  e invocando a los parches que invaden nuestro sistema. En crisis, tal como nuestra capacidad de percepción demostrando ingenuidad  en la opinión pública de acuerdo a estas “alternativas y medidas” de rescate económico para la sociedad.


Si no lo entendió hasta aquí, se lo resumiré con palabras sencillas y bastante campestres:
“A caballo regalado no se le miran los dientes, pero en este caso cuando están involucrados recursos públicos, una cosa es ser agradecido y otra muy distinta es que le pasen gato por liebre, atentos compatriotas”


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