A punto de cruzar el campo de juego de la vida; dos cuartos de cancha a la vista y a lo lejos una portería invicta. Aun sin celebrar goles en mi corta trayectoria, me atrevo a encarar a mi adversario que precisamente no es un oponente humano.
La cancha es mi principal adversario porque está cuesta arriba, así es muy imposible marcar… ¿Existirá alguna posibilidad? Comienzo mi aventura fabricando una pared de sueños, corriendo por mis anhelos sin importarme el aguacero que se avecina porque yo puedo contra todo cuesta arriba.
El cansancio se apodera de mi mente y cuerpo mientras mi padre grita : sigue así, a paso lento! ¿Y si pido el cambio en el entretiempo? ¡Vamos carajo, no te puedes estar rindiendo!
Tomo fuerzas en el último tramo, yo se que esta vez el gol si lo hago. Arremeto con bicicleta a la adversidad, un regate a la maldad, una finta a la envidia… ¡Vamos pibe que el gol se avecina!.
Mano a mano con la portería, disparó con confianza y fe.. Celebren todos señoras y señores! , porque en los descuentos de su vida, este hombre anota una alegría cuesta arriba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario