domingo, 3 de junio de 2012

Mea Culpa: El humo es tuyo y mio.



Era una noche normal de invierno y al avanzar esta historia se darán cuenta que la palabra normal cobrará una fuerza natural. Tras un nuevo día de trabajo de mis padres,  comenzaba el viaje de retorno a casa alrededor de las 20:30 horas tal como solemos hacerlo hasta el día de hoy. La singular característica de esta monótona noche era la espesa “neblina” que se presentaba con letras de liquidación en Chillán. El escenario de esta ciudad era digno de una exagerada imitación del místico programa de los 90’ “Mea Culpa” y mientras desde mi boca eran mencionadas estupideces, mi padre enfurecido por no visualizar el tráfico vehicular decidía enviarme a caminar frente al automóvil para indicar el camino y sus riesgos.. Parece que para él no era muy chistoso.
La historia anteriormente mencionada remonta del año 2005 y hace unas semanas atrás (y desde el 2005 a esta parte) se volvió a repetir, con la diferencia que está vez aprendí a diferenciar las palabras “neblina” y “contaminación ambiental”.
Las autoridades han realizado números estudios en torno a la descontaminación del aire de nuestra ciudad en la temporada de invierno, los cuales han sido insuficientes para una disminución o la erradicación del problema. Mayor fiscalización en la venta de leña y subsidiar cambios de estufas para así combatir el uso de las 45mil estufas a leña (decoradoras de este fatídico panorama invernal) son unas de las soluciones que nuestros ediles han anunciado.
Si bien es cierto que son nuestros representantes los encargados y responsables de solucionar estas problemáticas ya que ellos son los que analizan los temas con profundidad y establecen contacto con instituciones competentes a esta temática, si deseamos dar una solución real a este problema comencemos por mirarnos al espejo. No estoy loco, en ese lugar acabas de ver al primer criminal de estos sucesos y al principal superhéroe de esta misión ambiental.
La contaminación en Chillán está relacionada con nuestra propia conciencia señoras y señores, por satisfacer nuestro bienestar creamos efectos secundarios perjudiciales para nosotros mismos y adicionalmente para toda la comunidad. No argumentes “pero si todos lo hacen” porque esa respuesta y actuar justifica todos los actos, incluso los asesinatos. Si estas consciente del daño ambiental utiliza alternativas de calefacción que no sean las estufas a leñas y si la consciencia es limitada por lo menos certifica que tu leña esté seca ¿Qué estamos esperando? No pienses, ya no es tiempo para respuestas verbales, sino para actuar. No esperes catástrofes ambientales porque, aunque sea lamentable decirlo, lo que esperas ya toco nuestra puerta.

                                                                          Fotografía: Chillán, 30 de Julio del 2011.

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